- Año: 2015
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Fotografías:Javier Callejas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El traslado de una oficina de Farmacia a una nueva ubicación posibilita la recuperación de un local comercial (antiguo almacén de jamones) que había permanecido desocupado durante varios años.
Dicho traslado a una ubicación cercana, permite al promotor introducir nuevos planteamientos que pasan por una intención de consolidar la clientela previa, plantear nuevas fórmulas que permitan reconsiderar la relación entre el cliente y la Oficina de Farmacia, intentar captar nueva clientela, ofrecer nuevos servicios, etc...
El papel del farmacéutico ha dejado de ser un mero dispensador de medicamentos y cada vez mas se busca una orientación personal, un trato individualizado... Se pretende alejarse de formulas comerciales y acercarse a la atención sanitaria especializada.
Por otra parte, cada vez más se amplía el rango de productos complementarios de venta en la farmacia, incentivando al cliente a ser un elemento activo en la compra. Se intenta alejarse de la relación estática farmacéutico-mostrador-cliente, para introducir estrategias de venta y marketing más dinámicas, con una relación fluida entre el producto, el espacio y la interlocución entre el farmacéutico y el cliente.
De este modo y partiendo de las premisas de la atención personalizada, se definirán espacios flexibles que puedan ser configurados como espacios de atención personalizada, no solamente por parte del farmacéutico, sino de otros especialistas sanitarios (dietista, dermatólogo, fisioterapeuta...) que puedan ofrecer asesoramiento y realizar colaboraciones periódicas en el espacio de la oficina de farmacia.
La farmacia debe mostrarse de un modo absolutamente transparente, el escaparate estático deja de tener sentido, el producto a exponer es la propia farmacia.
La exposición del producto se organizará por categoría definidas por un rango de colores que se reiteran en su etiquetado, clasificación y organización, formando cada uno de ellos uno de los colores que conforman el logo de la Farmacia.
Se define por tanto una fachada de vidrio que desnuda la estructura exponiéndola de una manera cruda y descarnada, pero sincera, no se oculta nada, se muestra, se ordena y se especializa.
Los puestos de atención se individualizan, permitiendo la privacidad de la atención personal, por otra parte se ordenan los flujos y tránsitos en el interior de la farmacia por medio de expositores móviles y góndolas.
El espacio central de la zona de atención al público, verdadero corazón de la Farmacia, se especializa mediante un dinámico techo de lamas de madera cuyos movimientos intentan sugerir la idea de un espacio cambiante, un soporte de actividades, una suerte de platea de un teatro central cuyo espectador es el transeúnte y los protagonistas los propios actores de la compra-venta.
La elección de la madera tanto en los recercados de los expositores como en el techo, sugieren calidez y cercanía, intentando equilibrar la frialdad del resto de materiales que tienen a lo básico, a lo industrializado. Se busca un fondo blanco y neutro para resaltar el producto.
La nueva ubicación de la farmacia, en un local con una gran fachada dando a una rotonda de salida de la ciudad, intenta captar la atención del vehículo, para lo cual se extiende el tratamiento de fachada bajo el voladizo quebrado que conforman los balcones del edificio que aloja el local comercial, rematando dicho voladizo con una línea de LEDs que copia la quebrada geometría del edificio. Dicho LED forma una línea verde quebrada de unos 12 metros que aumentan la visibilidad de la Farmacia y que inconscientemente asociamos con la simbología de la cruz verde de farmacia.